Imagina un olor tentador inundando la cocina, llenando el aire con la promesa de un dulce deleite. Este es el encanto irresistible del bizcocho de manzana húmedo y esponjoso, un manjar reconfortante que combina la calidez de las especias con la dulzura natural de las manzanas frescas.
Te sumerges en una experiencia de sabor que es a la vez familiar y sorprendente al primer bocado. La humedad jugosa de las manzanas ralladas se combina con la suavidad del bizcocho, que es esponjoso y ligero, creando una sensación divina que se deshace en la boca con cada mordisco.
El sabor reconfortante de la canela impregna cada bocado y se combina con la dulzura natural de las manzanas para crear una sinfonía de sabores que te transporta a un mundo de indulgencia y placer. Es una experiencia gastronómica que alimenta el cuerpo y el alma, brindando un momento de dulce consuelo en medio de la rutina diaria.
Pero más allá de su deliciosa mezcla de sabores y texturas, el bizcocho de manzana húmedo y esponjoso es un recordatorio de la generosidad de la naturaleza y la belleza de las cosas simples. Cada porción está impregnada con el amor y el cuidado que se dedica a su preparación, creando un vínculo especial entre el cocinero y los invitados.
El bizcocho de manzana húmedo y esponjoso es una indulgencia que nunca pasa de moda, ya sea compartido en una reunión familiar, servido como postre después de una comida especial o disfrutado en solitario como un regalo para uno mismo. Es un homenaje a la alegría que se encuentra en los placeres simples de la cocina casera y una celebración de la dulzura de la vida.
Bizcocho de manzana, esponjoso y húmedo
Comensales: 5
Hora de cocinar: 35 minutos
Ingredientes
- 2 huevos medianos
- 100 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 120 g de suero de mantequilla
- 120 g de azúcar
- 180 g de harina de repostería
- 16 g de levadura química (polvo de hornear)
- ralladura de un limón
- una manzana (o nueces y almendras en láminas)
Instrucciones
Si no tenemos 120 g de Buttermilk la haremos en 15 minutos con: 110 ml de leche, 10 ml de zumo de limón.
1. Si no tenemos suero de mantequilla, preparamos la Buttermilk de leche: mezclamos 110 ml de leche con un chorrito de zumo de limón (10 ml) con unas varillas y dejamos reposar unos 15 minutos mientras vamos preparando la receta.
2. Ponemos a precalentar el horno a 180ªC. Como vamos a hacer 2 terminaciones de cake utilizaremos 2 moldes, que engrasamos con mantequilla y espolvoreamos con harina. Otra opción es poner papel de hornear en la base, untar los bordes con mantequilla y salpicamos harina.
3. En un bol echamos los huevos con el azúcar y mezclamos hasta que quede una mezcla blanquita. Añadimos la mantequilla y mezclamos. La mantequilla la tenemos a punto pomada, es decir, la quitamos de la nevera hace más de media hora para que ablande. A continuación añadimos el suero de mantequilla (buttermilk) y la ralladura del limón y mezclamos de nuevo. También podríamos echarle canela o vainilla. Ponemos la harina y levadura (polvo de hornear) en un colador removemos y lo tamizamos sobre la mezcla en dos veces. Removemos con una pala o cuchara (no batir) hasta que se integre.
4. Repartimos la mezcla entre los dos moldes. Vamos a darle dos terminaciones: una la hacemos con nueces que mezclamos con harina para que no se vallan al fondo. Las repartimos por la superficie y las hundimos ligeramente. Para el otro cake haremos lo mismo con media manzana picada en cuadraditos, es decir, la mezclamos con harina y la repartimos. La otra mitad de la manzana la cortamos en laminas finas, con forma alargada de media luna y decoramos por la superficie. En el cake de nueces repartimos almendra laminada por encima. Ponemos azúcar encima de la manzana y al horno.
5. Horneamos a 180ºC = 350ºF durante unos 30 – 35 minutos con calor arriba y abajo, hasta que al pinchar en el centro del cake no manche. Los dejamos enfriar antes de desmoldar y ya están listos para colocar en una fuente y servir.